martes, 17 de febrero de 2015
Los judíos daneses se quedan
“Dan, el hombre”. La chaqueta de chándal colgada en las rejas de la sinagoga de Copenhague tiene una inscripción con la que sus amigos han querido rendir homenaje a Dan Uzan, que en la madrugada del domingo cayó asesinado a manos de un terrorista islamista. Al lado, bajo sus guantes de boxeo, hay un mar de ramos depositados en los últimos tres días. Algunos de los que dejaban el martes las flores seguían con los ojos rojos.
“El apoyo tan fuerte que estamos sintiendo reconforta nuestros corazones”, dice el gran rabino de Dinamarca, Jair Melchior, en uno de los escasos minutos que le dejan libre las innumerables llamadas y las reuniones. La charla se produce frente a la sinagoga, protegida con policías armados y en la que el paso está restringido al máximo por motivos de seguridad.
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